En esta sección vamos a mostrar como han ido cambiando algunas costumbres que rodea al fútbol en su larga historia. Cambios que han marcado un impacto no solo deportivo sino también social. Pasando por el bienestar de los jugadores, por la calidad del espectáculo y la participación de la hinchada. Pero a pesar de todos estos cambios, que para muchos dirán 'me gustaba más el fútbol de ayer', a pesar de todo eso, el fútbol seguirá siendo el mejor espectáculo del mundo deportivo. No se debe confundir aquí con la evolución de las reglas y tácticas en el fútbol, esa es otra materia que no se plantea aquí.

Implementos en el fútbol.

Pelota y chuteadores a inicios del siglo XX.

Los chuteadores en el fútbol representan uno de los elementos más significativos del equipamiento de los jugadores. Su importancia radica en el hecho de que esta es la parte del cuerpo que más se ve afectada durante los juegos. Iniciado el fútbol profesional chileno, el calzado era pesado, duro y muy difícil de manejar. Además, en un ambiente mojado, estos facilmente podían pesar un kilo en cada pie. En la actualidad se ha logrado unos chuteadores mucho más flexibles y ligeros para mayor velocidad. Por otro lado, los antiguos balones de fútbol eran muy pesados y muy duros, y en caso de mojarse, eran muy difíciles de controlar. Para el mundial del 62, en Chile, se estrenó un nuevo modelo que llevaba 32 piezas hexagonales. La famosa 'pelota de casco' de 32 piezas. Este diseño es la que ha perdurado más tiempo en el fútbol. De allí para adelante lo que ha cambiado ha sido el tipo y calidad de material.

Grandella, arquero de Everton en 1928.
Roberto Ampuero de Magallanes 1964, con sus chuteadores 'rotos' (definitivamente no era auspiciado por Nike).

En general las indumentarias de los jugadores siguen siendo las mismas, lo que ha cambiado es la calidad. La enumeración de las camisetas eran del 1 al 11 solamente. Por mucho tiempo existieron las camisetas, tanto de mangas largas como cortas. Hoy en día solo existen las camisetas de mangas cortas y como opción son acompañadas por finas camisetas térmicas debajo de ellas.

Entrada a la cancha de juego.

Hasta no hace mucho, la hinchada empezaba a vibrar con la entrada de los equipos al campo de juego en fila y corriendo. Generalmente los equipos entraban en forma separada, siendo el local que lo hacía en segundo plano recibiendo todos los aplausos y gritos de apoyo de la barra. Poco a poco esta costumbre viene a desaparecer. Se dice que uno de los motivos pudo haber sido por el inicio de las barras bravas. Había que calmar a la hinchada desde el inicio. Esto obliga a los estadios a remodelarse, se disminuyen las capacidades a costa de poner asientos y la hinchada ya no debía mirar un partido parado.

Entradas a la cancha de ayer y hoy.
Iván 'Pocholo' Azócar de Rangers en los '60s.

Existía más contacto entre jugadores y aficionados en forma amistosa. Una vez terminado un partido, no era extraño ver niños corriendo por la cancha para saludar y tocar a sus ídolos. Hoy en día esos niños ya no son los mismos, ahora son niños escogidos de escuelas de fútbol, algo que no todo el mundo tiene la oportunidad económica de ser parte.

Entrevistas en vestuarios

Antes, no era raro ver a los periodistas, especialmente radiales, en el vestuario para ir a recoger las impresiones de los jugadores nada más finalizar el encuentro. Había mucho más libertad en esos tiempos. Los reporteros radiales recogían las impresiones de jugadores y cuerpo técnico en directo para la audiencia. Ahora los protocolos cambiaron y todo depende de la imagen del club y de los patrocinadores. Resulta común ver a los jugadores ir a las zonas mixtas con vestuarios de sus patrocinadores. En la cancha, detrás de los arcos, los reporteros gráficos podían acercarse hasta un metro del borde del campo de juego para obtener una buena toma de fotografía. También estaban los informadores radiales que trabajaban al borde de la cancha.

Entrevistas desde los vestuarios. Pelé en hexagonal 1970.
Fotógrafos trabajando al borde de la cancha.


Julio Martínez entrevista a Cua Cua Hormazábal en los vestuarios cuando Colo Colo se corona campeón 1963.

La foto del equipo.

La foto del equipo es un clásico desde prácticamente los orígenes del fútbol. La foto de esa oncena puede llegar a ser uno de los documentos más apreciados para los aficionados. La estética de esta foto ha ido cambiando con los años. Estuvieron las formaciones en tres filas, la de detrás en pie, la intermedia agachada o sentada en sillas y la primera sentados en el suelo. Otra formación clásica de esos años era la de formar a todo el equipo de pie, con pose recia y brazos cruzados.

Formación de la Universidad de Chile 1962.

Poco a poco se fue imponiendo en las fotos de equipo una formación algo más estándar, básicamente con seis jugadores de pie, estando en esta fila el arquero, bien en el centro o uno de los lados, soliendo posar con los brazos cruzados sobre el pecho para mostrar las manos enguantadas; y otros cinco delante en posición de completamente agachados, siendo generalmente uno de los extremos el portador del balón, mientras que otro, normalmente el del centro, portaba el banderín del equipo. Como norma, los cinco agachados correspondían a los delanteros del equipo, con los punteros posando en los extremos. Este tipo de formación, esta imagen fotográfica del equipo, se ha conservado prácticamente desde los años cuarenta.

Selección chilena 1962 en formación clásica.
Selección chilena 2016 en la ridícula posición de semiagachados.

A partir de principios del siglo XXI comienza a extenderse una nueva modalidad de formación para la foto de equipo, en la que cambia básicamente la postura de los jugadores de delante, es decir, los que hasta ahora aparecían totalmente agachados, pasan a ser la de semiagachados, con las piernas semiflexionadas. Una postura que queda sencillamente horrenda, ridícula. Las fotos de equipo representan una época, un recuerdo inigualable que suele ser conservado como un tesoro en formato de postal, calendario o como póster que se exhibe orgulloso en la pared de una habitación. Pero colocar una foto con la pose actual, no sería motivo de mucho orgullo.

Equipo de Colo Colo 1973.
Arturo Fernández Vial en formación de estudio 1928.

Como un caso curioso, he puesto una foto con la formación de Colo Colo 1972. Allí pueden reconocer a Leonel Herrera, el primero de la izquierda arriba parado. Como ejercicio, si revisan todas las fotos de formaciones donde aparece Herrera, lo van a encontrar siempre en esa misma ubicación. Otra curiosidad es la de Adolfo Nef, el último parado a la derecha. También, examinen todas las fotos donde esté presente este gran arquero y verán que siempre está posando con un balón en sus manos.

El rol de los socios.

El carnet era motivo de orgullo para el socio, que lo enseña a menudo para dejar claro que él también era parte del equipo. Los clubes potencian la imagen corporativa del equipo, sacando partido a los colores y el escudo.

Cuando se hablaba del "socio" se hacía referencia a un aficionado que había adquirido un carnet para toda la temporada, lo que le daba derecho a ir y participar en las asambleas del Club, así como votar cada cierto tiempo para la elección del presidente. El socio era dueño del Club, el Club era de los socios y se debía a ellos. Hoy se habla de concesionarias.

Los contratos entre clubes y jugadores.

Antiguamente los contratos de los jugadores profesionales se hacían directamente entre el jugador mismo y el club de fútbol, es decir, sin la intervención de representantes como hoy día. Los contratos, en general, eran simples, con clausulas mínimas. Muchas veces estos contratos eran tan simples que hubo ocasiones en que ambas partes acordaban un pacto de palabras. Lo mismo pasaba con los premios o primas como se les llamaba. En general los contratos se cumplían, a la vez que el jugador mostraba lealtad a su equipo. Como la mayoría sabemos, hoy en día una gran parte de los jugadores cambian de club cuando ponen unos millones en la mesa. Quizás antiguamente no pasaba esto ya que no se pagaba tanto por un futbolista a diferencia de nuestros tiempos. Se usaba también que al empezar o renovar un nuevo contrato, el pase se pagara en especie, siendo lo más común una casa. Un ejemplo es el de Pedro Pinto, ex Colo Colo y Palestino, que al renovar un contrato pidió que le dieran un tractor, ya que el vivía en el sector agrícola de Melipilla.

Carlos Verdejo trabajando de farmacéutico en horas extras.
Chamaco Valdés en la Católica y Hugo Berly con Honorino Landa en Colo Colo, como refuerzos de hexagonales.

Este modelo de contrato de trabajo permitía a los jugadores a tener facultades para complementar su ingreso económico, que consistía en trabajos extras en sus horas de descanso e incluso de vacaciones. No era raro ver a jugadores trabajando por las tardes en labores ajenas al deporte. Otro caso era de algunos jugadores de trabajar como refuerzos en equipos capitalinos que participaban en los hexagonales de verano.

La hinchada en las gradas.

El ambiente en las gradas era completamente distinto al actual. Los gritos de ánimo al equipo eran muy simples y directos, consistentes, básicamente en gritar el nombre del equipo y, quizá por allí alguien lanzaba una broma oportuna que podía ser contestada por otro hincha y así terminando en risas fraternales. El ambiente era tranquilo, a lo sumo había algún aficionado ondeando una bandera o algún otro con un bombo, como la bandita claveles del Magallanes. También era bastante típico encontrar a un par de “avanzados” portando una pancarta con alguna “ingeniosa” frase, generalmente en verso. Eso sí, había que llevar pañuelo, pañuelos blancos, que eran sacados bien fuera como señal de protesta o todo lo contrario, como gesto de admiración a una gran jugada o gran gol.

Para esa misma época era muy común presenciar las jornadas dobles en los estadios Santa Laura y Nacional. Los equipos santiaguinos hacían de local, generalmente los sábados en el Santa Laura y los domingos en el Nacional. El mismo público podía quedarse a mirar ambos partidos sin problema alguno de disputas. La hinchada era tan amistosa que no había necesidad de construir vallas divisorias como se ven hoy en día. Uno de los tantos eventos que organizaban las barras eran los míticos clásicos universitarios que traían desfiles de ambas barras universitarias.

Las costumbres en el fútbol han ido cambiando con el tiempo. Seguro que hay otras instancias donde se observan estos cambios. Hoy en día el jugador ya no puede celebrar un gol con sus hinchas. La tecnología no ha quedado fuera de esto. Para la hinchada el celebrar un gol se ha puesto como un acto de incertidumbre, ya que todo gol es revisado por cámaras antes de ser confirmado.

Fuente de fotos: Revistas Estadio y Gol y Gol